Como ocurre cada temporada en las alturas tucumanas, la segunda quincena de enero confirmó un aumento importante de turistas en Tafí del Valle. La villa, rumbo al último fin de semana del mes, está colmada de tucumanos, visitantes del resto del país y de otros países vecinos, en la convivencia armoniosa de quienes llegan para disfrutar del aire limpio, la naturaleza y la paz.
A tan solo 32 kilómetros de la ciudad veraniega, los turistas detienen sus vehículos para deslumbrarse con la maravillosa vista que ofrece el imponente Monumento al Indio, atracción que deslumbra con una vista espectacular que se completa con la tentación de comprar algún recuerdo en los puestos habilitados en el lugar. Entre ellos está una familia brasileña que recorre todo el norte argentino y quienes no perdieron la oportunidad de conocer la belleza de los Valles Calchaquíes. “Somos de Santa Catarina y nos encantó esta zona”, declaró Julia, la joven hija que ofició como traductora del grupo ya que maneja un español fluido. A sus 20 años también tuvo tiempo para recalcar las diferencias entre la cultura de su país y la nuestra. “Aparte de que en la Argentina desayunan muchas cosas dulces, también hay otros aspectos distintos; por ejemplo, aquí todo cierra más tarde, lo que te da más tiempo para hacer cosas. Allá en Brasil nos pasamos todo el día trabajando y cuando se hace la noche ya todo está cerrado y no tenemos energía para hacer nada”, argumentó.
Una vez en la villa, el clima húmedo y fresco recibe a los recién llegados, que caminan apretados por las calles del centro. Hasta ahora, era la postal demorada de este verano, que repuntó fuerte luego de un primer tramo con menos presencia de la esperada debido a la incertidumbre económica. Ahora hay personas de todas las edades y provincias que vienen a conocer (o volver a disfrutar) las bellezas del noroeste argentino. “Elegimos venir a Tafí porque es un valle hermoso, pasamos por San Miguel de Tucumán y queríamos conocer esto, disfrutar del fresco, del agua, del microclima que hay aquí. No es nuestra primera vez, quisimos repetir la visita este año”, aseguró Alejandra, una rosarina que toma el receso vacacional junto a su marido Alexis y sus dos pequeños hijos. Los 980 kilómetros que recorrió esta familia para llegar a la plaza principal de la villa valieron la pena, le insisten a LA GACETA.
Alexis descansaba con un alfajor en su mano; en lo gastronómico, confirmó el fanatismo de la familia por la comida autóctona de la zona. “La humita es espectacular, jambién los quesillos que probamos en la estancia de los jesuitas fueron excelentes, junto con un buen vino patero”, dijo, mientras que su pareja elogió “los tamales y empanadas que son exquisitas; en cuanto a los postres, probamos alfeñique y ahora alfajores de miel de caña. La verdad es que nos gusta mucho la comida autóctona”.
A medida que se recorre la ciudad, se ven grandes grupos de familias que llegan a la localidad tafinista por recomendaciones de boca en boca con el afán de tener un lindo día, aunque sea solo de pasada en camino hacia otro destino. Es el caso de dos familias de Buenos Aires que recorrieron los senderos y descubieron una agradable sorpresa al llegar a la villa. “Veníamos de pasada camino a Salta, pero decidimos quedarnos porque nos dijeron que era un lugar hermoso y la verdad que el que nos lo dijo tenía toda la razón. Es una ciudad hermosa, limpia, bien mantenida, un 10 sobre 10” manifestó Abel Montenegro. Sus comentarios coincidieron con los de su mujer, Elizabeth Gallardo, quien recalcó que las personas en el NOA y sobre todo en Tucumán suelen ser más respetuosas y amables que en otros sitios del país. Por otra parte, Natalia Daunis rescató: “la gente es supereducada, los paisajes son hermosos de verdad. Se respira otro aire y otro clima totalmente diferente al de la ciudad y a lo que estamos acostumbrados”.
No sólo muchos tucumanos de la capital tienen una residencia alternativa en Tafí del Valle. Alberto Ferreira y su pareja Marité son de Santiago del Estero y poseen una casa de veraneo a las afueras de la villa, que se convirtió en una especie de segundo hogar para ellos. “A Tafí lo elegí hace más de 20 años. La primera vez vine, me enamoré del clima, del paisaje, de la gente, así que desde entonces que siempre que podemos nos escapamos a vacacionar acá. Un día, dos, tres, 15 o un mes, es hermoso y necesario”, sostuvo Marité. Ambos llevan visitando la ciudad cada temporada y la eligen por encima de otros destinos, porque Tafí del Valle se ha vuelto parte de ellos. “Nuestra intención es vivir aquí, pero por cuestiones económicas y otros compromisos aún no podemos”, dijo Alberto, también “enamorado” de la ciudad.
Su fanatismo los lleva a no perder oportunidad de recomendar el lugar a todos los turistas del país. Marité se encargó de dar unos consejos para quienes aún no lo conocen: “traigan abrigo, no importa la época del año. Vengan pensando que es un sitio con un clima y un paisaje bastante especial, traigan zapatillas para caminar y recorrer, porque hay mucho para recorrer y muchas actividades para hacer”. Y no le falta razón: mañana, por ejemplo, habrá dos fiestas populares fuertemente convocantes como las del Yerbiao en el paraje La Ciénaga y del Quesito, en el Complejo Democracia; mientras que en deportes se realizará el tradicional Seven en la cancha de polo La Angostura.
Alberto mencionó que, a pesar de conocer una gran cantidad de lugares del país y del mundo, Tafí del Valle sigue siendo su preferido. “Nos sobrepasó, nunca tuvimos ideas de quedarnos en algún lugar hasta que vinimos aquí”, concluyó a modo de despedida, antes de seguir recorriendo las calles de la villa (Producción periodística: Leandro Díaz).
Expectativa creciente: un clásico
Muchos trabajadores de la villa esperan que los últimos días del mes sean revitalizantes para el turismo en Tafí del Valle y así poder cerrar con números positivos un comienzo de temporada algo tambaleante. A pesar de las complicaciones, la labor privada y estatal ha logrado erigir a este destino como un punto turístico resiliente y poderoso para enfrentar adversidades. Para este último fin de semana se esperan alrededor de 30.000 visitantes, según estimaciones de la Dirección de Turismo del Municipio, atento al nivel de reservas en hoteles.